SUPERA EL MIEDO A EMPRENDER
Tenemos una gran idea de negocio, la desarrollamos, nuestro
plan financiero indica que tendrá una rentabilidad interesante, que nos va a
permitir mejorar la situación económica, y nos va a mantener haciendo algo que
nos motiva a seguir adelante.
Para esto averiguamos todo –antes de comenzar queremos estar
seguros de que todo está cubierto-, con la adrenalina recorriendo nuestro cuerpo,
enamorándonos de la idea.
La cabeza va a mil, la visión está clara. Sin dudas es el
paso que nos hará cambiar de vida.
Llegó la hora de dar el puntapié inicial. Debería ser el
momento culmine, donde se materialicen los sueños que desde hace tiempo sólo
existen en la imaginación. Pero curiosamente, nos damos cuenta que hay mucho
para hacer, y comenzamos a ponernos excusas que pudieran servir para
resguardarnos de dar ese paso.
Hay un sinnúmero de razones para esto, pero el factor común
radica en que todo cambio conlleva dejar de hacer lo que ya nos resulta
familiar, para pasar a otra etapa, posiblemente mejor, pero que encierra muchas
incertidumbres que no son sencillas de evaluar. De esta manera, cada
paso que dimos en nuestra vida, ha tenido fases más o menos cortas donde
reinaron los temores, porque evidentemente es más cómodo seguir como hasta ahí.
Pero que sea más cómodo no quiere decir que sea lo mejor que podemos hacer.
Lamentablemente, no existe una receta mágica, pero sí algunas apreciaciones que
quizá puedan servir si estás pasando por esta misma situación:
1) Piensa detenidamente: ¿Quieres transformar este proyecto
en un negocio? Acá no valen ambigüedades ni medias tintas. Responde de corazón
¿Sí o no? Si tu respuesta es no, -una opción totalmente válida, vale decir- no
te fuerces a seguir adelante. Tal vez ya contaste tu idea a muchos, y crees que
debes seguir en el mismo camino, pero ahora que has estudiado más sobre tu
idea, ya no te entusiasma tanto. Aunque hayas invertido tiempo en efectuar tu
plan, no vale la pena que sigas trabajando en ello, a menos que encuentres una
“vuelta de tuerca” que te haga sentir a gusto. Ahora, si tu respuesta es sí,
entonces el temor a dar el paso proviene de otras razones, que a partir de aquí
intentaremos superar.
2) Vuelve a enfocarte: Piensa en lo que te motivó
inicialmente. Vuelve a aquel lugar que disparó esa visión inicial, o sitúate
nuevamente frente a aquella película, web, experiencia o empresa que hizo que
tu creatividad se pusiera en marcha. Permítete vivir la misma experiencia que
generó tu idea y verás que en breves minutos estarás tan motivado como el
primer día. Esto servirá como base para que tu motor siga en
funcionamiento.
3) No esperes hasta estar 100% seguro: Ni el plan de
negocios más perfecto puede asegurar el éxito de una empresa. Así que si estás
esperando a tener todo bajo control, posiblemente el momento de comenzar no
llegue nunca.
4) ¿Emprendes solo? ¿No será mejor estar acompañado en este
proceso? En estas instancias, se hace muy necesario tener a alguien más que
esté tan comprometido como nosotros con el emprendimiento, especialmente para
evitar los bajones motivacionales, y hacer más dinámico el proceso. No es
sencillo asociarse, ni compartir la idea que has armado con tanto esfuerzo,
pero recuerda que dos mentes juntas generan mucho más que trabajando
individualmente.
5) Pon una fecha de inauguración: Cronometrar el
“lanzamiento de actividades” en un calendario y programar las tareas de forma
tal de llegar a cumplirlo es una buena manera de ponernos de nuevo en línea con
nuestro objetivo.
6) ¡A empezar! A esta altura, ya estarás motivado. Haz las
actividades de acuerdo a lo planificado. Comenzarás a ver resultados, a
acercarte cada día más a la meta final.
7) Para finalizar: no creas que estos serán los últimos
miedos que atravieses en lo que refiere a este emprendimiento. Nada de eso.
Seguirán apareciendo en diferentes etapas posteriores. Lo interesante será
lograr identificarlos y volver a ejecutar estos pasos, -o los que a ti te
motiven a seguir-. Sólo queda usar estas o tus propias herramientas en los
momentos en que más las necesites.
Te deseo muchos éxitos. Y recuerda que quien no se anima a
dar el paso, estará siempre con la interrogante del “qué hubiera pasado si…”.
Te propongo no dejar que eso pase. Ya has dedicado mucho tiempo a disfrutarlo
en tu mente, ¡es hora de transformarlo en realidad! El momento para reenfocar
tus energías es ahora. Y sabes que tu idea vale oro. Entonces, me pregunto:
¿qué estás esperando?
tu comentario es importante para mi, te invito amig@ emprendedor gracias
No hay comentarios:
Publicar un comentario